¡No me gusta usar lentes!
Ya lo sabes. No te lo voy a ocultar. Algunos pueden pensar que no me gusta usar lentes por vanidad. Pero en realidad no me gusta tener que ponerme lentes para manejar y otros lentes para leer.
Por esto, he forzado a mis ojos por muchos años a acostumbrarse a usar lo menos posible los lentes. Esto fue beneficioso al principio pero ahora los necesito más que nunca. Lo peor de todo es que tengo dos clases de lentes un par de lentes para ver de lejos y otro para leer.
Ver con claridad se me hace más difícil ahora. Porque para poder ver de lejos cuando manejo uso unos lentes diferentes a los de leer. Si quiero leer algo tengo que sacarme los lentes de lejos. Esta dinámica no se la aconsejo a nadie. Es más mis ojos me están pidiendo que me ponga los lentes para seguir escribiendo este Blog!
DIOS NO HA SANADO MIS OJOS
Te soy sincera, me gustaría que Dios me devolviera la vista 20/20. Pienso que esto puede ocurrir si me hago la cirugía laser. Pero al momento, lo mejor que puedo hacer es usar mis lentes para ver mejor.
Estoy segura que Dios aprueba esto ¿Por qué?
Porque a Dios no le interesa que pidamos sanidad solamente. Dios quiere que conozcamos al Sanador. Su interés es que lo conozcamos a Él. Dios sabe que si nos da cada petición nunca vamos a crecer en esas áreas de nuestras vidas en dónde necesitamos ver mejor.
Por esta razón, Dios nos ha dado su Palabra que llega a nuestras vidas con sanidad… Lee conmigo:
«Envió su palabra y los sanó»
Salmos 107:20 (NTV)
TIENES TU SANIDAD EN TUS MANOS
Dicen por allí que «No hay peor ciego que el que no quiere ver». Estoy de acuerdo.
Estoy convencida que nosotros somos el resultado de las decisiones que tomamos a diario. No te digo las decisiones de tu pasado o de ayer. Cada día que tienes es una oportunidad para enmendar cualquier decisión equivocada que hiciste hace algún tiempo atrás, el año pasado, la semana que pasó o ayer.
Por esto, vivir en la misma ceguera, en cualquier área de tu vida, no tiene excusa que valga. Porque tú tienes en tus manos el destino de tu vida. Tú puedes emprender una nueva etapa o jornada desde hoy. Si tan sólo te pones los lentes para poder ver mejor.
LA PALABRA DE DIOS ACLARA TU VISIÓN
Si todavía no tienes memorizado este versículo, ya es tiempo que lo hagas…
«Tu palabra es una lámpara que guía mis pies
y una luz para mi camino»
Salmos 119:105 (NTV)
No es un versículo bonito para recordarlo simplemente. Es un versículo lleno de verdad que te invita a abrir ese libro que tienes en tus manos. ¡Tienes que abrir el libro!
¡Tienes que LEER el libro!
¡Tienes que ESTUDIAR el libro!
¡Tienes que MEMORIZAR el libro!
¡Tienes que APLICAR el libro!
El libro es la Palabra de Dios que es viva y eficaz. Una herramienta que penetra el corazón y por consiguiente tiene poder para sanarlo.
«Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos» (Hebreos 4:12, NTV)
NO TE OLVIDES DE VIVIR
Sabiendo que la Palabra de Dios tiene la solución para los problemas que estás enfrentando. Conociendo que su Palabra tiene el poder para sanarte y darte un nuevo comienzo, ser como el ciego que no quiere ver no te llevará a ningún sitio bueno.
Hay una canción de Julio Iglesías que se tituta: «Me olvidé de vivir». La he escuchado algunas veces. Y algunas partes de esa letra de la canción me han hecho pensar en lo importante que es tomar las riendas de nuestras vidas ahora que estamos respirando. La letra dice:
«De tanto correr por la vida sin freno. Me olvidé que la vida se vive un momento…»
Puedes perder la visión de la vida si sigues entreteniendo los errores pasados. Los resentimientos y odios que están envenando tu corazón. Si das lugar al desánimo y te rindes cuando las cosas no han salido bien.
El estudio bíblico de Santiago ha sido uno que me ha abierto los ojos a la vida. Si quieres hacerlo, envíame un correo para darte detalles de como accesarlo. Allí aprendí algo que tengo presente para vivir con intención y sin olvidarme lo que importa en esta vida. Está en los versículos 22-25 del primer capítulo de Santiago.
22 No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. 23 Pues, si escuchas la palabra pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; 24 te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. 25 Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia.
La Biblia nos recuerda y no nos deja olvidar
lo que importa en la vida.
LA MANERA DE OBTENER LA BENDICIÓN DE DIOS PARA TU VIDA ES ÉSTA…
Pon en práctica, obedece lo que su Palabra te dice. Lo leíste arriba en el verso 25 de Santiago capítulo uno. Léelo en voz alta. Memoriza esta porción. Repite conmigo…
«Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia«
Esta es la clave para que vivas la vida como Dios la planeó para ti. Obedeciendo lo que te dice es la mejor manera de ser libre, de sanar tu corazón, y de obtener la bendición de Dios en todo lo que emprendas.
No eres una mujer de la Palabra, sino la obedeces. No eres una mujer que es radiante, si sólo te dedicas a mejorar tu vida con creencias seculares y que sólo te ayudan momentáneamente. La Palabra de Dios es eterna, tiene el poder para transformar toda área de tu vida. Allí están los secretos de Dios para vivir la vida trifundante.
Adquiere tus copias de estos libros. En ellos encontrarás la Palabra de Dios aplicada a tu vida para darte sanidad, liberación y un nuevo comienzo.