Los terremotos siempre dejan grandes daños por donde pasan. En el año 2010 un terremoto sacudió al país de Haití. En esa tragedia estaba un hombre llamado Don Wooley. En ese entonces, Dan, trabajaba para Compassion International. Una organización que ayuda a los niños con soporte en países subdesarrollados.
En medio de la confusión, Dan estuvo tres días bajos los ruinas del Hotel Montana en Port au Prince. En su libro «Inquebrantable», Dan describe su experiencia de cuando todo se derrumbó y él quedó bajo las ruinas y en oscuridad total durante tres días. Dan tenía la pierna con una herida abierta y sangrando. Además a esto se sumó el dolor del pie quebrado. Dan estuvo combatiendo la desesperación, deshidratación y un gran enojo hacia Dios mientras estuvo atrapado en esas ruinas. En su libro, Dan cuenta cómo esa experiencia lo ayudó a evaluar su vida, su matrimonio y su relación con Dios.
Me he dado cuenta que son en los momentos en dónde las cosas tiemblan cuando tomamos un poco de conciencia de nuestras vidas. No te niego que he meditado mucho en estos días sobre cómo la vida nos cambió a todos, de un día para otro con la situación del coronavirus. Fué como un terremoto que llegó sin aviso.
Quizá, te haz estado preguntado ¿En dónde está Dios en todo esto? No sólo te lo haz preguntado a ti misma, pero se lo haz preguntado a Dios: ¿Por qué? O… ¿En dónde estás? Los cambios que estás experimentando te pueden haber llevado hasta dudar de Dios. A lo mejor, tu fe ha sido sacudida como cuando un terremoto inesperado llega.
No te culpo. He estado en tus mismos zapatos. Han habido situaciones en mi vida en dónde mi fe ha sido sacudida. En dónde me he preguntado si Dios está en medio de esto o aquello, o se ha dado a la fuga en medio de mi dolor o mi necesidad.
TU DIOS NO SE HA ACHICADO
Los sacudones y terremotos en nuestras vidas, pueden producir inestabilidad, temores y dudas. Es más, si nuestra fe no está cimentaba en el conocimiento de quién es Dios, estamos en peligro de ser presas de Satanás. El enemigo no está interesado en tu familia, tu trabajo, tu matrimonio, tu ministerio o cualquier cosa de valor en tu vida. Satanás quiere que tu fe flaquee. Es su objetivo más grande. El diablo está muy interesado en que dudes de Dios y que tu fe se debilite.
El peligro que trae cualquier terremoto a nuestras vidas, ese sacudón repentino que no esperamos, es que empecemos a poner en duda lo que hemos creído. Que Dios no es tan poderoso como habíamos creíd o, que se ha olvidado de nosotros o que nos ha abandonado.
Quiero que leas conmigo una verdad que dice que a pesar de cualquier sacudón que llegue a tu vida, Dios se mantiene inmutable. Él no cambia. Y lo que ha dicho con respecto a ti y a mí, tampoco ha cambiado.
«El cielo y la tierra desaparecerán,
pero mis palabras no desaparecerán jamás»
Mateo 24:35 (NTV)
En momentos de sacudones o terremotos inesperados tú y yo necesitamos acudir al SOS que Dios ya ha provisto para nosotras. Te lo revelo abajo…
«SOS» EN TIEMPOS DE TERREMOTO
1. Empieza por leer Su Palabra
Si no te has dado cuenta que en este mundo hay mucho sufrimiento es porque estás desconectada de la realidad. La gente tiene mucho dolor. La gente se siente sola y está necesitada. La gente está cargando con adicciones y pecados que los están trayendo abajo.
Si tú y yo estamos más interesadas en leer las noticias, las revistas de chismes o lo que las páginas sociales dicen y no estamos yendo diarimanete a escuchar lo que Dios nos quiere decir por medio de su Palabra; estamos malgastando el tiempo que se nos ha dado en esta tierra.
La Palabra de Dios es viva y tiene poder. ¿Para qué? Bueno, lee conmigo lo que dice 2 Timoteo 3:16-17:
«Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. Dios la usa para preparar y capacitar a su pueblo para que haga toda buena obra»
Te pregunto ahora… ¿Estás dejando que Dios te capacite y te muestre la verdad? ¿Estás dejando que Dios te enseñe? ¿Estás dejando que Dios te muestre el camino correcto y te corrija?
Te voy a decir cómo puedes empezar hoy mismo…
2. ¡Estudia la Palabra de Dios!
Durante los últimos veinte años, mi vida ha sido transformada porque adquirí el hábito de estudiar la Palabra de Dios. Ese tiempo empleado descubriendo las verdades que me ayudaron a vivir en victoria cada día, lo cambió todo. ¡Su Palabra transforma tu diario vivir y tu vida entera!
No me arrepiento de haber dedicado tiempo a leerla, estudiarla, memorizarla y aplicarla a mi vida porque los resultados que he obtenido, no me los han podido dar ningún otro libro. Por esto te aconsejo que aproveches esta oportunidad para empezar hoy mismo a estudiar su Palabra.
He escrito algunos estudios bíblicos que puedes encontrarlos en la Tienda del Proyecto Lema (Presiona aquí). El que te aconsejo tomes está abajo. Es un Estudio Bíblico de 8 semanas que lo puedes empezar hoy mismo.