El año 2020 ha sido uno que ha dejado huellas inolvidables en la vida de muchas personas alrededor del mundo. Para algunos fue uno espectacular en sus negocios. Para otros fue devastador.
Para unos fueron tiempos de enfermedad, dolor y tristeza. Para otros de celebración y alegría. Me pregunto ¿entre cuáles de estos grupos estás tú?
Mi esposo y yo hemos tenido que empezar de nuevo. Si te lo puedo decir en pocas palabras. Hemos tenido que reinventarnos y buscar maneras de subsistir frente a una economía que se derrumbó como cuando una montaña, llena de nieve, se desliza con una avalancha para destruír todo por donde pasa. Mi esposo decía hace unos días: «Este año nos quitó mucho». Estoy de acuerdo.
Pero no sólo nos quitó a nosotros, sino también a muchas personas. Hay personas, como nosotros, que están apuradas que se termine este año para empezar de nuevo. La esperanza de un mañana mejor está a la puerta y miramos al nuevo año con anticipación.
Estaba leyendo primera de Pedro el capítulo uno y en el verso uno, Pedro dice una frase que me dejó pensando en lo valioso que es esto para que tú y yo podamos descansar al terminar este año. Lee conmigo:
«Que Dios les conceda cada vez más gracia y paz»
1 Pedro 1:1 (NTV)
Creo que Pedro cuando escribió esta carta no se imaginó los tiempos que estaríamos viviendo en este año. La necesidad que tendríamos de gracia y paz de Dios. Pedro escribió esta carta para sus hermanos en Cristo que estaban sufriendo. Lee conmigo lo que dice Pedro en este mismo capítulo:
«Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo» 1 Pedro 1:6-7 (NTV).
Pedro comprendía que las pruebas que sus hermanos estaban experimentando tenían un gran valor. Probar que su fe era auténtica. Una de las mayores tentaciones, frente a los problemas que parecen no tener solución, es dejar que nuestra fe desfallezca. Que la duda crezca y que los temores se incrementen. Creo que no somos ajenas a esta tentación y que hasta hemos caído en la desesperación pensando que las cosas no cambiarán y que estamos perdidas.
Hoy quiero que sepas que tus problemas no dictan tu futuro. Tu situación de hoy no tiene el control de tu vida ni de lo que sucederá mañana. Los problemas de la vida, las situaciones difíciles que enfrentas tienen un sólo objetivo, hacerte más fuerte. A medida que pasas for situaciones duras estás siendo entrenada, pulida, purificada y afirmada en la fe que tú tienes en Dios. Si quieres saber quién tiene la última palabra en este proceso, te voy a decir ahorita…
¡Tú, y nadie más que tú!
No te sorprendas. Sé que la respuesta que querías que te diera es que Dios tiene la última palabra. Es un gran error pensar que Dios tiene la última palabra en medio de tus tribulaciones y problemas. Claramente vemos en los versículos que leímos que los probemas de la vida, las pruebas y tribulaciones llegan para hacer algo en ti.
Dios tiene un papel importante sí. Pero Él no va a ser el que haga todas las cosas que Pedro menciona arriba. No es a Dios a quién le toca probar su fe auténtica. No es a Dios a quién le toca permanecer firme en su fe, ni tampoco al que le toca soportar para ganar alegría. Tú tienes la última palabra en lo que sucede en ti en medio de estas pruebas por las que estás pasando.
El resultado de pasar problemas y dificultades sólo depende de ti. Esto es, de lo que hagas con lo que te está sucediendo. De las maneras que pienses cómo salir de esas situaciones. De los pasos que tomes frente a esos desafíos que enfrentas.
Las tribulaciones, pruebas o tentanciones que tienes hoy, no son beneficiosas para Dios sino para ti. Tú eres la única persona que sacará el mayor provecho de cada una de ellas. Por consiguiente, tú tienes la última palabra en lo que sucederá en tu vida después de estas pruebas.
La Palabra de Dios llega a tu vida para ayudarte en medio de esos problemas en los que estás hoy. Ella te brinda soluciones, sabiduría, maneras de avanzar y empezar de nuevo. No hay mejor libro para aprender a vivir de acuerdo a la fe que está siendo probada en ti. Por esta razón, tienes que leerla, estudiarla, memorizarla y aplicarla. Santiago nos recuerda lo importante que es Su Palabra para ver resultados:
«No solo escuchen la palabra de Dios;
tienen que ponerla en práctica»
Santiago 1:22 (NTV)
Mucha gente quiere el resultado sin el sudor, o sin el dolor. Esto no funciona así. El éxito en cualquier situación de tu vida, no se consigue fácilmente ni tampoco gratis. Tú tienes la última palabra en lo que sucederá en tu vida de ahora en adelante. ¿Te quedarás en el mismo sitio? O, ¿emprenderás un camino hacia tu victoria, felicidad y éxito en el nuevo año?
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