¡Dios sana a los que tienen roto el corazón! Vivir con un corazón roto y esclavo al dolor no es manera de vivir. En la vida vamos a enfrentar dificultades, tristezas y dolor. Dios es un Dios que conforta, sana y ayuda a cualquier persona que ha sufrido los golpes duros de la vida. En Él podemos encontrar refugio, consolación, esperanza y nuevos comienzos. La Palabra de Dios dice que la misión de Jesús es atender a los corazones rotos y sanarlos:
«Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad. Él me ha enviado para anunciar a los que se lamentan que ha llegado el tiempo del favor del Señor». (Isaías 61:1-2, NTV). Acércate hoy con tu dolor, Jesús quiere hacer esto en ti.