«No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» – Parte 2

Me pregunto si hay que sigues postergando hacer. Algo que no te atreves a hacer por ti misma. Estoy aquí para ayudarte a vivir la vida que Dios planeó para ti.

Pero esa vida la vas a disfrutar cuando dejes que su Palabra te instruya. Tengo muchos recursos que he publicado que te ayudarán en cuesta por vivir la vida que quieres.

Hoy concluiremos con las cinco verdades de las que hemos estado hablando en donde Pablo nos indica las maneras de vivir como ganadoras. Pablo lo dijo así: «Correr para ganar».

Debo confesarte que han habido momentos en mi vida en que simplemente no he querido correr. Me he dicho a mí misma: ¿Para qué sirve lo que estoy haciendo? Estoy cansada o  hasta aquí no más. Otras excusas que he levantado son: A nadie le interesa lo que hago o estoy perdiendo el tiempo,

Quizá tú te identificas con alguna de estas expresiones. Quiero decirte que estás en buena compañía y haz llegado al lugar correcto en donde Dios te hablará personalmente. ¿Estás lista? Leamos el pasaje que hemos estado estudiando nuevamente:

Si no leíste la primera parte, hazlo antes de leer la Parte 2 aquí: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy – Parte 1

23 Hago lo que sea para difundir la Buena Noticia y participar de sus bendiciones. 24 ¿No se dan cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona se lleva el premio? ¡Así que corran para ganar! 25 Todos los atletas se entrenan con disciplina. Lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. 26 Por eso yo corro cada paso con propósito. No solo doy golpes al aire. 27 Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta, lo entreno para que haga lo que debe hacer. De lo contrario, temo que, después de predicarles a otros, yo mismo quede descalificado. b1 Corintios 9:23-27

Las últimas tres verdades que quiero que miremos son:

3. Corre cada paso con propósito – v.26

4. No des golpes al aire – v.26

5. Disciplina tu cuerpo para que haga lo que debe hacer – v.27

Veamos la siguiente:

3. Corre cada paso con propósito – v.26

Me encanta que Pablo dice que corramos cada paso con propósito. Esta declaración va de acuerdo con lo que Dios quiere para ti y para mi. Dios tiene propósito para tu vida y la mía. Tú no estás en este mundo por casualidad o accidente. Es más, estás en esta generación porque Dios así lo dispuso.

Estaba escuchando el testimonio de una muchacha que quizá tiene unos 30-35 años de edad. Ella es consideraba como la generación de milenios. Tú también estás en una categoría que te han asignado por haber nacido en alguna década.

Al escucharla, me di cuenta que Dios la ha rescatado de la vida que ella vivía para que su vida impacte a otras mujeres en situaciones similares. Su historia tiene propósito en su generación y en otras más.

Así mismo la tiene la tuya. Por esta razón, todo lo que nos ha sucedido es la suma de cosas que te han formado para llevarte a ser quién eres hoy. Dios quiere usar tu historia personal para su gloria.

Lo que sucede es que nosotras queremos que la vida sea como la planeamos y que no haya turbulencias o bajos, como cuando viajamos en avión. Que sea una vida sin contratiempos en donde todos vivimos «felices para siempre».

No quiero ser una mujer «agua fiestas» pero tengo que abrirte los ojos. «Y vivieron felices para siempre», no es el mundo en que vivimos.

Jesús dijo que aquí vamos a enfrentar aflicción, dolores y tristezas. Pero, no nos dejó así con malas noticias. Jesús también dijo que nos acompañaría y estaría con nosotros paso a paso.

Creo que estás familiarizada con lo que dice Jeremías 29:11, es un versículo que quizá lo tienes memorizado o lo repites a menudo. Leamos:

«Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—.
Son planes para lo bueno y no para lo malo,
para darles un futuro y una esperanza»

Te puedo decir con certeza que este versículo habla de propósito para tu vida y la mia. Me ha enseñado a vivir confiando en un Dios bueno. Que quiere lo mejor para mi. Hay personas que piensan que Dios tiene interés en hacerles daño o que se ha enseñado con ellas. Le echan la culpa a Dios de todo lo malo que les sucede. Pero ese no es mi Dios. Dios es bueno y misericordioso y siempre quiere lo mejor para ti.

Esta promesa, hecha al pueblo de Israel, es una que nos demuestra el carácter de Dios. Él es un Dios que se caracteriza por ser bueno y no hay nada malo o malicia en Él. Por esto puedes apropiarte de esta verdad en tu vida también.

Sus deseos para ti es que vivas esta vida a plenitud.

Jesús vino a darla. Pero para gozarla, necesitamos su Palabra. Allí están los secretos de la sabiduría para vivir una vida mejor. La siguiente verdad es:

4. No des golpes al aire – v.26

Aquí me quiero detener un poco más porque es importante que tú y yo comprendamos que esta es una lucha que tenemos que ganar. No es una lucha de opción. O una lucha que está reservada para ciertas personas solamente.

Tú y yo estamos en una lucha diaria y constante. Si no estás en lucha, es porque ya no estás aquí. Pero si estás viva estás enfrentando desafíos día a día. Para poder ganar en una batalla vamos a tener que pegar con tino.

La palabra griega: «pukteuó». Se refiere a un boxeador (Strong’s Concordancia, 4438). Lo que el apóstol está diciendo es yo boxeo no dando golpes al aire. La palabra se define así: «Comprometerse en la guerra espiritual, dando todo para ser un ganador en la carrera de la fe» (HELPS, Word Studies, 4448, Traducido). Dos palabras o frases importantes que quiero que veas: comprometerse y dando todo.

Cada vez que pienso en el significado importante de esto, me doy cuenta que tú y yo, para poder ganar, vamos a tener que comprometernos y darlo todo. No esperemos ser vencedoras sin estas dos cosas.

Hace poco Dios me mostró que dar golpes con tino, no es una cosa que hacemos sin su Palabra. Hay muchas maneras de excusar el no leerla, estudiarla y hasta memorizarla. Pero esas excusas no son de una mujer que quiere correr para ganar. No son excusas de una mujer que se compromete a ganar el premio que es para los que luchan. Si te quieres alistar para ganar, tienes que hacer tu parte.

Alguién que conozco contó la historia de una mujer que estaba predicando sobre nuestra responsabilidad de un tiempo a solas con Dios. Sé que los horarios que tenemos nos impiden mantener un tiempo determinado, pero no estamos ayudándonos si ni siquiera tocamos su Palabra durante el día.

Esta mujer decía que una conferencista había dicho que a ella le molestaba esto de tener que leer la Biblia día a día y que se le ocurrió que uno puede tener un tiempo con Dios si toma una caminata, o si se levanta para ver un amanecer, o toma un paseo por playa, o si mira a las montañas.

No estoy en contra que hagas esto y son cosas saludables. Pero no podemos remplazar el poder de la Palabra viva de Dios para hablarnos exactamente a la necesidad que tenemos ese día. Dios utiliza su Palabra y por medio de ella y su Espíritu Santo nos habla para que podamos vivir vidas victoriosas.

Esto de tener tino no podemos hacerlo con decirle al enemigo: «Hoy me fui a la playa… Apártate de mí Satanás» o simplemente le decimos «Acabo de ver el amanecer, no me molestes». Esto no es pegar con tino.

La Palabra de Dios es como una espada de dos filos que penetra y que sirve para derribar murallas y todo obstáculo que se interpone ante nuestra relación con Dios. En Efesios 6:16-17 Pablo nos dijo esto:

«Además de todo eso, levanten el escudo de la fe para detener las flechas encendidas del diablo. Pónganse la salvación como casco y tomen la espada del Espíritu, la cual es la palabra de Dios»

La última verdad de la que te quiero hablar es simple pero de suma importancia:

5. Disciplina tu cuerpo para que haga lo que debe hacer – v.27

El contexto dice «Disciplino mi cuerpo como lo hace un atleta». Habíamos dicho que los corintios estaban familiarizados con toda esta ilustración de atletas porque los juegos olímpicos era algo a lo que estaban expuestos.

Nosotras también sabemos que las disciplinas de un atleta son arduas. Recientemente vimos el mundial de fútbol por televisión, a menos que fuiste a Rusia. Pero allí podíamos ver el gran esfuerzo que estos atletas hacían durante el juego. No sólo eso pero sus cuerpos nos comunicaban el arduo trabajo que ponen para llegar a fortalecer sus músculos para correr de arriba para abajo pero para ganar.

Nadie gana porque se sienta en frente de la televisión a ver la novela o su programa favorito con un plato de su comida favorita. Tampoco ganan porque están mirando lo que otros hacen en sus páginas sociales o leyendo lo que dicen. El poner un «Me Gusta» o un «Like» en una foto que nos gusta, no nos va a dar la victoria que buscamos.

Esa palabrita disciplina te habla de un traer bajo sumisión a nuestro cuerpo. Es decir, lo tratamos como un esclavo. Leamos lo que significa en griego. Es la palabra «doulagogeó»: «Liderar como a un cautivo, poner en sujeción, totalmente sometido a la sujeción de su amo». (HELPS, Word Studies, 1396, Traducido).

En otras palabras, nosotras tomamos el mando de nuestras tendencias carnales y le decimos al cuerpo, vamos a hacer esto o aquello. Es una decisión severa y rígida. Tú cerebro tiene mucho que ver en esto. Estoy aprendiendo mucho sobre el cerebro que te compartiré otro día.

Pero quiero que concluyamos con una sola palabra «disciplínate». Solamente así podrás llegar a ver los resultados que deseas en tu vida. ¿Quieres correr para ganar?

Aquí está el siguiente paso. Tengo muchos recursos que he publicado para ayudarte a avanzar hacia la vida que quieres. Presiona aquí:  Quiero más recursos.