Las mentiras que estás creyendo

Tu mente está controlando el curso de tu vida. Esto es lo que escuché y nunca olvidé. Cada vez que alguien me decía esto te conviene, o haz esto o aquello, lo que hacía era analizarlo con cierta sospecha. Luego fabricaba excusas del por qué no podía hacerlo. Mi respuesta generalmente era: No puedo o No tengo.

Hasta que me di cuenta que mi actitud de no tomar acción me mantenía en la misma vida de aburrimiento y ordinaria. Vivía haciendo lo mismo día a día, y sin tener nuevos incentivos para vivir. Esa no es la manera de vivir que Jesús vino a dar a quienes han puesto su fe en Él.

Comprendí que el tiempo seguiría pasando sin que yo logre lo que quería. Que la responsabilidad de tener la vida que quiero estaba en mis manos, no en Dios, ni en mi esposo, ni mis hijos, ni en nada más. Yo era la única responsable de lo que sucedía en mi vida.

Esta realización me llevó a tomar medidas drásticas y necesarias para moverme hacia eso que quería en mi vida. Empecé a invertir mi tiempo, esfuerzo y dinero en mi educación y superación. El giro que experimenté ha sido transformador. Descubrí que hay una mejor manera de vivir para lograr lo que quieres en esta vida.

Esta manera de vivir no es para las personas que quieren todo fácil o gratis. No es para quienes se comparan y se llenan de celos de ver que otros alcanzan lo que se han propuesto. Es para aquellas que quieren invertir en sí mismas y sin excusas. Es para toda persona que se ha dado cuenta que esta vida es corta y no hay tiempo para vivir en la mediocridad. Que hay que tomar acción si queremos ver resultados de los que nos vamos a sentir orgullosas algún día.

La ciencia ha demostrado que lo que estamos pensando está boicoteando y limitando nuestro progreso. El otro lado también es cierto. Si aprendes a no dejar que tu mente te controle, te educas y le das a tu cerebro herramientas que te lleve adonde quieres llegar, vas a ver resultados increíbles en tu vida.

Los estudios científicos han demostrado que la mente tiene grandes repercusiones en la clase de vida que llevamos hoy. Si piensas en cosas negativas constantemente. Si te limitas en lo que puedes o no hacer. Si te dices a ti misma no tengo esto o aquello, estás contribuyendo a ser una mujer que está creyendo sus propias mentiras. No es que no tienes o no puedes, la verdad es que no quieres.

Hay una parte en tu cerebro y en el mio que se llama amygdala. Esa parte de tu cerebro, cuando percibe un riesgo o peligro, inmediatamente se pone en plan de proteger. El síndrome es denominado como «síndrome de lucha o huída (o escape)». Es la respuesta normal que tú y yo experimentamos cuando algo se percibe como peligro.

Cuando tu mente percibe un peligro lo comunica a tu cerebro. En esos momentos, tu cerebro produce una hormona que se llama cortisol y esto conlleva muchos otros cambios en tu cuerpo físico. Se aumenta la producción de otras substancias en tu cerebro como la adrenalina (epinefrina) o la noradrenalina (norepinefrina), que te llevan a experimentar stress, agitación cardíaca, nerviosismo y otras cosas más. Tengo noticias para ti…

NO EXISTE UN PELIGRO EN QUERER MEJORAR TU VIDA

Proverbios 23:7 dice: «Pues como piensa dentro de sí, así es» (LBLA)

Si tú estás pensando y diciéndote a ti misma «no puedo» o «no tengo», estás diciéndote una mentira que te mantendrá paralizada y en el mismo lugar sin llegar a disfrutar de la vida que quieres. Así como estás pensando, así eres. Lo acabamos de leer en la Biblia.

Escucha esto bien: Dios no te va a obligar a usar los recursos que ya te ha dado para que mejores tu vida. Dios no va a contestar una oración que ya ha contestado proveyéndote lo que necesitas. Si dejas que tu mente controle todo lo que haces, nunca, escucha bien, nunca llegarás a disfrutar de la vida abundante que Jesús dijo que vino al mundo para darte.

En estos momentos di esto frente a un espejo y en voz alta: ¡Si tengo y sí puedo! Repítelo 10 veces. Sé que empezarás a reconocer en tu mente que lo que quieres está disponible y es posible. No es una frase mágica, pero sí es un ejercicio que debes hacer constantemente si tienes la tendencia a pensar negativamente sobre lo que puedes o no hacer. Pero esto no termina con repetir esto solamente, ahora debes tomar acción. Nada se logra con pensarlo solamente.

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