El niño empezó a llorar. Le contaba a un trabajador de su casa que cuando su papá murió, él le había dicho que tenía que cuidar de su mamá. El niño lloraba y le decía al trabajador: «Le fallé. Ella se está muriendo, le fallé».
Esta escena la ví en una película reciente. Era una historia verdadera de una mujer con una hacienda con tierras que tenía un tesoro. Estas historias de la vida real, me gustan mucho. Son las películas en dónde se relatan situaciones de personas como tú y yo que han pasado por momentos reales de sus vidas que han causado dolor o felicidad. Creo que podemos aprender mucho sobre estas historias.
He estado leyendo la carta a Timoteo. Pablo le envía una carta en dónde le habla a Timoteo sobre el llamado que vio en él y cómo debe mantenerlo vivo. Él hace referencia a su vida y sufrimientos y le recuerda lo importante que es su fe y caminar con ese llamado que tiene. Pablo destaca la fe de Timoteo y le dice que no olvide lo que posee. Lee conmigo esta porción. 2 Timoteo 1:5-8:
5 Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé que esa fe sigue firme en ti. 6 Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos. 7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina. 8 Así que nunca te avergüences de contarles a otros acerca de nuestro Señor, ni te avergüences de mí, aun cuando estoy preso por él. Con las fuerzas que Dios te da prepárate para sufrir conmigo a causa de la Buena Noticia.
Una de las cosas que he aprendido en mi vida con Jesús es que vivimos en un mundo en donde existe el dolor y el sufrimiento. El pensar que estás «exenta» de vivir sin sufrimientos, por conocer a Jesús, es una idea falsa.
Si vives en el mismo mundo en que yo vivo, vas a enfrentar dificultades y sufrimientos, de esto puedes estar segura. Sin embargo la otra parte de esta noticia es que los sufrimientos están presentes para que tú y yo lleguemos a ser pulídas de tal manera que lo que quede una vez que hayamos pasado por ese dolor, salgamos como el oro que no se corrompe, y permanece. Por esta razón, Santiago también nos dice en su carta que tenemos que alegrarnos cuando enfrentamos pruebas. Lee conmigo:
2 Amados hermanos, cuando tengan que enfrentar cualquier tipo de problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho 3 porque ustedes saben que, siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. 4 Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Santiago 1:2-4
Al finalizar el año te hablé de las tribulaciones y los problemas. Si no leíste todavía esa relfexión aquí está para que la leas: ¿Quién tiene la última palabra? Será un buen recordatorio de esta verdad.
Volviendo a lo que Pablo le dijo a Timoteo. Hay una verdad que no la puedo quitar de mi mente. Pablo le dijo a Timoteo: «Que avives el don espiritual que Dios te dio».
En el transcurso de los años he sido expuesta a numerosas ideas de personas que están persiguiendo sus objetivos para lograr esto o aquello. He visto como mucha gente se dedica por entero a eso que desean alcanzar y cómo lo alcanzan. He aprendido mucho, en especial hábitos que funcionan y que me han ayudado a mi misma a avanzar hacia lo que deseo lograr.
Créeme cuando te digo que nada de lo que quieres se adquiere porque te quedas pensando en ello solamente. Mi esposo me mencionaba la letra de una canción que creo se relaciona con esto:
«Ninguna persona gana, si tiene miedo de perder»
Pablo sabía que una de las maneras de apagar ese don que uno tiene es la timidez y el temor y ese lo dice como un recordatorio en el verso siete.
«Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor
y timidez sino de poder, amor y autodisciplina«
No hay nada más poderoso que detenga a tu cerebro que el miedo. Claro está que hay cosas que nos producen miedo que son peligrosas de por sí. Así que no te estoy diciendo que no escuches a tu cerebro en esto. Pero hay cosas prácticas de la vida diaria que sabemos que nos ayudan a avanzar que a veces descuidamos por miedo, ociocidad o por falta de motivacion.
Algo más que Pablo le dice a Timoteo es que para avivar ese don se necesita amor y autodisciplina también. Por esta razón, quiero darte algo que va a ayudarte este año muchísimo.
Al principo te conté sobre el niño que lloraba diciendo en la película: «Le falle». Claro está que el niño no podía hacer nada por la salud de su mamá. Y tampoco fue su culpa lo que sucedió. Pero lo que me llamó la atención es que el niño había tomado la responsabilidad dada a todo pecho. De tal manera que hasta lloraba pensando que había fallado.
No quiero que esa seas tú. Que termines este año llorando pensando que haz fallado con tu don o talento y que ya es tarde. Tú tienes la oportuniadad de tomar las riendas de tu vida hoy y empezar a avivar tu don o ese talento que Dios te ha dado. ¡Empieza hoy mismo!